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Universidades y niños malignos

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Saludos otra vez, navegantes, saqueadores de la red (en inglés mola más, Web Raiders) y, como diría el Capitán Haddock, miserable panda de bachibozuks. Bienvenidos sean todos de nuevo un día más al Templo Dimensional. Tras unos días en los que un espíritu constructivo se ha apoderado de mí y me he dedicado a trabajar en mi proyecto fin de carrera, con la consecuencia directa de un resfriado que me impidió el día de ayer cumplir con mis actividades para con la sociedad española (vamos, que estaba muy pachucho y no fui al tajo), esta mañana me he levantado mucho mejor y con ganas de postear algo.

Y precisamente, sobre lo que quiero postear hoy es sobre un poquito de cine, sobre aquellas películas que he visto recientemente y que merece la pena que comente por aquí. No esperéis encontrar aquí a Fellini o Godard porque las películas que voy a comentar son simplemente entretenidas (el mejor halago que se le puede hacer a una película es que sea entretenida). Así pues, hoy os hablaré de dos películas: una comedia y una de terror. Así que agarraos los machos porque despegamos...


ADMITIDO

Una comedia universitaria al uso, con todos los típicos tópicos sobre las universidades americanas, pero con una pequeña diferencia: CRÍTICA SOCIAL. "¿Ein? ¿Cómo puede ser?" diréis algunos ante esta afirmación.

Pues sí, porque a grandes rasgos el argumento trata sobre un chaval (Justin Long) que acaba el instituto y se encuentra con que ninguna de las elitistas y pedantes universidades americanas le quiere entre sus filas. Así, decide montar un fraude inventándose una universidad ficticia para convencer a sus padres de que no es un fracasado. El problema es que para hacer más creíble su idea, monta una página web completa de la universidad. Con varios amigos, el prota rehabilita un psiquiátrico abandonado y lo convierte en el Instituto de Tecnología South Harmon (suena hasta bien, ¿eh?) El problema viene en que, por un error de su página web, miles de personas acaban apuntándose a la universidad ficticia y acudiendo al lugar esperando que les den clases. Pero no hay profesores allí... de hecho no hay asignaturas. Y ahí comienza el verdadero punto interesante de la película, porque al final esa universidad acaba convirtiéndose en un centro de auto-aprendizaje, donde los chavales pueden aprender lo que quieran: desde Arte, Filosofía, Cocina, Deportes, Rock and Roll, o simplemente cómo vaguear.

Sin desvelaros el final, que por cierto me resultó muy emotivo, os comento que la película es entretenida, sin llegar a ser brillante puesto que en algunos momentos acaba cayendo en los tópicos de este tipo de films (fiestas universitarias, rituales de iniciación de hermandades, personajes freaks y graciosos, tías buenas...) Sin embargo, en los momentos en los que vemos cómo los personajes deciden sacar partido a su situación y aprender lo que ellos más desean, en vez de colarse en el gris sistema educativo en el cual tienes que aprender asignaturas que sabes que no te van a servir en un futuro... esos momentos a mí me resultan geniales, y se ve ahí el verdadero conflicto social que genera el sistema universitario americano. "¿Si no entro a la universidad estoy condenado a ser conductor de autobús?" Se pregunta uno de los personajes. En ese aspecto, el film es un logro porque nos hace ver que, poniendo el empeño necesario, todos podemos ser lo que queramos. Si véis la película, observad al que interpreta al colgado de la película, que comienza siendo un freak apestoso y acaba siendo un gran cocinero experimental.

En conclusión, una película para ver con los amigos y amigas, porque los gags son tan típicos de universidades que no merece la pena verlos en la soledad. Te ríes mucho más cuando hay gente a tu alrededor. Sin embargo, echadle un ojo a lo que os he comentado sobre el mensaje que quiere transmitir y, sobretodo, algunas de las escenas finales. Impresionante.

LO MEJOR: El "decano" chiflado y paranoico

LO PEOR: Que no intenta en ningún momento escapar de los tópicos del género "universitario"





LA PROFECÍA

Y ahora, cambiando radicalmente de tema y de género, os voy a hacer un pequeño comentario sobre este PELICULÓN, un clásico de los 70 dirigido por el magistral Richard Donner (Superman, Los Goonies, Arma Letal...) Sí, os hablo de ese niño cabrón, ese anti-cristo conocido popularmente como Damien. Pues esta película cubre la primera etapa de los andares de Damien por el mundo (la segunda película cubre su paso a la pubertad, y la tercera su vida adulta cuando quiere provocar el Apocalípsis).

¿El argumento? Bueno, lo resumiré de tal modo que no destripe a nadie. Robert Thorn (interpretado por el magnífico Gregory Peck), embajador yanqui en Roma, acude al hospital donde le comunican que su hijo recién nacido ha fallecido. El sacerdote le propone adoptar a un bebé para sustituirle y que la madre no sufra un trauma. Lo que no sabe el embajador Thorn es que ese niño es el que marca la Profecía del Apocalípsis, el Anticristo. Pasan 5 años sin que nadie sospeche nada, pero el día del quinto cumpleaños de Damien, su niñera se suicida misteriosamente. A partir de ese momento, un cura paranoica comienza a asaltar a Thorn, y un periodista fotógrafo comienza a atar cabos sobre Damien. Poco a poco, el embajador Thorn comienza a sospechar que quizás su hijo no sea lo que parece ser.

Ahora, pasando a otras cuestiones... ¿Qué puedo decir que no se haya dicho ya? Esta película, junto a El Exorcista, nos plantea el argumento del Demonio en la Tierra, en el caso de Reagan mediante una posesión y en el caso de Damien, como el propio hijo de Satán. La película ofrece un ritmo lento pero inquietante, con los momentos más dramáticos marcados por la soberbia banda sonora de Jerry Goldsmith (intentad escucharla porque acojona, más que el nuevo disco de los Judas XD) La forma en la que todos los personajes van cayendo, como fichas de dominó, es aterradora y siempre bajo la tapadera de "accidentes extravagantes". Sin embargo, nosotros sabemos que es Damien quien está detrás de todo.

La interpretación de los actores es soberbia. Gregory Peck está fantástico en su papel de un hombre importante y racional, que no cree en brujerías pero que poco a poco se va convenciendo tras ver más y más pruebas que lo confirman. El niño que hace de Damien es, sencillamente, genial, y transmite perfectamente la sensación que deja el film al espectador: "VALE, SÉ QUE ESE NIÑO ES DEMONIACO, Y SÉ QUE HAY QUE DESTRUIRLO PARA EVITAR MAYORES MALES AL MUNDO. PERO... ¿QUIÉN PUEDE MATAR A UN NIÑO?" En algunas escenas vemos a Damien como el ser diabólico que es, y en otras como un simple niño que aún no es consciente de su poder y su maldad.

Por supuesto, será en la segunda película de la saga cuando Damien descubra quién es y lo que es capaz de hacer, gracias a la ayuda de sus dos "padrinos": el empresario amigo de su padre y el sargento de su regimiento en la escuela militar. Sin esa ayuda, Damien nunca habría llegado a saber su naturaleza. Pero eso pertenece a otra película y no toca aquí mencionarlo.

Como ya dije, el ritmo de la película es lento y pausado, sin los excesos ni las típicas escenas "de susto" tan típicas de los productos más abominables del terror actual. El terror aquí se crea lentamente, de una forma progresiva, hasta llegar al final en que la revelación se hace patente, el padre de la criatura es totalmente consciente de quién es su hijo y toma a su cargo la responsabilidad de destruirle. Esta forma de concebir el terror es más cercana a otros films magistrales como El Exorcista, El Resplandor, Carrie, The Ring (la japonesa, por favor, que la americana da mucho asco) o incluso La Noche de Halloween (de nuestro querido amigo John Carpenter), y se basa en una tradición del terror más "literaria", donde la sensación de inquietud se crea de forma progresiva y durante todo el film, en una sensación de terror y angustia que va "in crescendo". Nada de sustos fáciles mediante el uso del sonido 5.1, golpes de efecto puntuales mediante el uso de la música o la imagen. Eso te puede asustar en el cine (como para no asustarse, con el sonido THX a toda hostia y toda la sala a oscuras. Pero os aseguro que no deja de ser eso, un simple susto pasajero. El terror es mucho más que eso e implica el reconocimiento de que algo no funciona como debería, que algo es más de lo que parece y, sobretodo, la sensación de impotencia ante ese "algo".

Como puede ser, por ejemplo, encontrarnos con un niño maligno, hijo de Satán y que puede destruirnos con una mirada. Ni más ni menos.

LO MEJOR: La banda sonora de Jerry Goldsmith y, sobretodo, Damien.

LO PEOR: Que esté un poco anticuada ya, y sobretodo que se haya perdido esta forma de hacer películas en favor de otro tipo de terror más efectista.



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Pues por hoy eso es todo, amigos... Os dejo con una frase mítica, extraída del Apocalípsis de San Juan y entrada de una de las canciones míticas del heavy metal:


Woe to You Oh Earth and Sea
for the Devil sends the beast with wrath
because he knows the time is short
Let him who hath understanding
reckon the number of the beast
for it is a human number
its number is six hundred and sixty six.

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